La carta número quince del tarot es también la más peligrosa. La diferencia de su significado cuando sale al derecho y al revés, es que en el primer caso, las situaciones parten del consultante mismo, mientras que en el segundo, forman parte del universo que rodea al consultante, pero que permanece oculto a su conocimiento. En otras palabras, al derecho es una carta en la cual el peligro se lo proporciona el consultante a sí mismo, mientras que cuando sale invertida el peligro lo acecha sin que se dé cuenta de ello.
El principal mensaje de la carta es que hemos llegado a la situación actual debido al libre albedrío. Su aparición intenta hacerle ver al consultante que de nada sirve intentar culpar de su estado a las personas tanto del pasado como del presente que formaron o forman parte de su entorno. La responsabilidad recae sobre él mismo, siendo él la única persona capaz de mejorar su vida. Las malas actitudes no son la respuesta a lo que ha recibido como estímulo del exterior, sino la manera en la que ha decidido procesar dichos estímulos.
El Diablo es una invitación a evolucionar como persona, pero para hacerlo, primero debemos reconocernos como personas falibles que estamos atravesando un momento crítico en nuestra vida. Si insistimos en afirmar que nuestra postura es correcta y que son los demás quienes están equivocados, nos costará el doble de tiempo y de esfuerzo salir adelante. Está en nuestras manos el poder despojarnos de los rencores y de todo aquello que nos impide ver la luz. Debemos asumir el error propio y el crecimiento será la consecuencia más directa.
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